lunes, 16 de mayo de 2011

CULTURA JUDÍA


La cultura judía abraza varios fenómenos relacionados entre sí; sobre todo, es la cultura de las comunidades del pueblo judío, pero incluye las contribuciones culturales de los individuos que se identifican como judíos, e incluso la de los religiosos judíos cuando no están relacionadas con la religión.
El pueblo judío es una comunidad etnoreligiosa: en tanto que religioso, el judaísmo dirige a sus miembros en prácticas y creencias y a un estilo de vida. Esto hace difícil el dibujar una línea clara entre la producción cultural de miembros del pueblo judío y la cultura específicamente judía. Además, no todos los individuos o todos los fenómenos culturales pueden ser clasificados fácilmente como seculares o religiosos, una distinción de la cultura europea que también se aplica a la mayoría de la historia de los judíos no europeos.
A través de la historia, en épocas y lugares tan diversos como la Grecia Antigua, Al-Ándalus, Magreb, India o China o en el actual Estado de Israel, las comunidades judías han desarrollado fenómenos culturales afectados por un cierto sentido característico judío sin ser específicamente religiosos. Algunos factores en esto vienen del judaísmo, otros de la interacción de los judíos con la sociedad que les rodea, y otros de la dinámica interna social y cultural de la comunidad, a diferencia con la religión sí misma. Este fenómeno ha producido diferentes culturas judías considerablemente diversas y únicas en sus propias comunidades, cada una tan auténticamente judía como las demás.

Origen de la cultura secular judía

Durante al menos 2000 años no ha habido una unidad cultural judía. Los judíos han estado geográficamente dispersos. A finales del siglo XIX los asquenazíes estaban en principalmente en Europa, especialmente Europa Oriental; los sefardíes en diversas comunidades del norte de África, Turquía, y varios núcleos más pequeños en una amplia gama de otros lugares; y los mizrajíes estaban principalmente extendido por todo el mundo árabe, y otras poblaciones en lugares como Etiopía, el Cáucaso, y la India.
Aunque había un alto grado de comunicación y de tráfico entre estas comunidades (exiliados sefardíes mezclados en la comunidad askenazí europea; askenazíes emigrados a Oriente Medio, comerciantes judíos iraquíes formaron una comunidad distinta en la India, y así sucesivamente), muchas de estas comunidades estaban aisladas de las que les rodeaban, por la formación de guetos, por las leyes musulmanas de la dhimmah, y por otras circunstancias.
Antes de 1931 el 92% de la población judía mundial era de origen askenazí, incluyendo la mayoría de los judíos europeos y los de habla inglesa. Por otra parte, el secularismo como concepto era en gran parte una idea europea, y una serie de movimientos en Europa crearon un nuevo, y hasta entonces insólito, concepto de judaismo secular. Dada la abrumadora mayoría de askenazíes y que la difusión de esas ideas fue debida a locutores anglo-parlantes, la "cultura judía secular" es, esencialmente, la cultura judía de la Europa Central y Oriental, así como de su desarrollo subsecuente en Norteamérica.

Política

Incluso en el más estricto judaísmo religioso hay espacio para diferentes puntos de vista políticos o morales, y esta diversidad es aún más evidente entre los judíos seculares, aunque incluso la cultura judía secular está a menudo influida por creencias morales que se derivan de las Escrituras y la tradición judía. En los últimos siglos, los judíos de Europa y las Américas han tendido tradicionalmente a la izquierda política, desempeñando un papel clave en el nacimiento del movimiento obrero y del socialismo. Si bien en la diáspora también han sido representados como situados en el lado conservador del espectro político, incluso los judíos políticamente conservadores han tendido a apoyar el pluralismo de forma más coherente que muchos otros miembros de la derecha política. Algunos eruditos, lo atribuyen al hecho de que no se espera que hagan proselitismo, y por lo tanto no desean que un Estado mundial, lo que difiere de las creencias de otras religiones, como la católica romana y las tradiciones islámicas. Esta falta de una universalización de la religión se combina con el hecho de que la mayoría de los judíos viven como minorías en sus países, junto con el hecho de que no hay una autoridad religiosa judía central desde hace más de 2.000 años.

Literatura

Las expresiones literaria y teatral de la cultura judía están tanto en lenguas específicamente judías, como hebreo, yiddish o ladino, o en el idioma de la cultura que rodea a su autor, como inglés o alemán. La literatura y el teatro secular en yiddish se inició en el siglo XIX, y declinó a mediados del siglo XX. El renacimiento del hebreo más allá de su uso en la liturgia es un fenómeno de principios del siglo XX, y está estrechamente asociado con el sionismo. En general, si una comunidad judía utiliza o no un lenguaje judío depende de lo aislada o asimilada que esté con respecto a la sociedad que la rodea. Por ejemplo, los judíos de los shtetls de Polonia y del Lower East Side de Nueva Yorkhablaban yiddish durante los primeros años del siglo XX, mientras que los judíos asimilados de Alemania (o en E.E.U.U. actualmente) utilizan el alemán e inglés.

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